martes, 8 de enero de 2008

Mesa Panel: Banco del sur y la creación de un nuevo sistema financiero en la región

Adhemar Mineiro (REBRIP)
Coyuntura económica y financiera actual y la importancia del debate sobre la nueva arquitectura financiera regional rumbo a otro modelo de desarrollo.

En la exposición se resaltaron 7 puntos:

Crisis de las instituciones de Bretton Woods: Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial (crisis de legitimidad y de funciones).
Hoy pocos países tienen programas con el FMI.
Crisis del patrón dólar.
Reversión de los flujos financieros internacionales.

Los procesos de crisis recientes demostraron que el sistema monetario creado por las instituciones de Bretton Woods no tiene como manejar las crisis, tampoco tienen flexibilidad de argumentos; cercados en un pensamiento ortodoxo que no permite flexibilidad política. Son prisioneros de la carencia de fondos pero sobretodo de la carencia de alternativas. Eso se mostró claramente en la crisis asiática, que llevó a los países a superar el sistema financiero internacional y a trabajar en un sistema asiático.
A partir de los cambios en la economía mundial de los últimos diez años, el aumento del precio de los comodities, por el crecimiento del mercado chino, los países salieron de una situación de déficit de balanzas de pagos a ser acumuladores de reservas internacionales.

En la región, el proceso de integración comercial y financiero se ha profundizado. Estamos en tiempos de corporaciones y de “multilatinas”.
Después de la profunda crisis de fines de los noventa y principios de siglo, hoy hay una convergencia de crecimiento de los países de la región. Según CEPAL, en 2007 la región va a crecer aprox. un 5%, este proceso no se veía desde hace mucho, y es empujado por el crecimiento de los mercados internos. La agenda hoy es cómo afrontar el crecimiento de manera sectorial, de los problemas del ajuste pasamos a los problemas del crecimiento.
La mayoría de los países latinoamericanos cuentan hoy con superávit fiscal, con independencia de las recomendaciones del FMI.

Sin embargo, estamos en un escenario de incertidumbre creciente a nivel internacional: la baja del dólar, el manejo de la tasa de interés en EEUU, regionalismos monetarios, ¿qué se va a hacer con las reservas internacionales? ¿cómo va a hacer EEUU con su ajuste interno? (problemas con el mercado inmobiliario). La estrategia de EEUU está cambiando del consumo a la exportación.
Estos temas permiten pensar en como afrontar la protección de los mercados regionales. La tarea es mantener esquemas de protección en relación a la incertidumbre internacional. Si hay incertidumbre debemos tener mecanismos de defensa. Si están en discusión las tareas del sistema financiero actual, y si nosotros tenemos acumuladas muchas criticas, entonces debemos pensar en posibilidades de regulación regional, es decir, que los flujos queden en la región y puedan funcionar como mecanismo de regulación.

Debemos pensar en una perspectiva de integración regional. Cómo va a funcionar el comercio fuera del patrón de dólar.

¿Cómo una institución como el Banco del sur puede impulsar el desarrollo en la región, en forma diferente a lo impulsado por las multinacionales?.

La matriz energética tiene consecuencias en el medioambiente.


Maria José Romero (ITEM)
¿Qué es el banco del sur?

El Banco del Sur representa una oportunidad política y económica para los países latinoamericanos involucrados en la iniciativa y tiene directa relación con el proceso de integración regional. Representa una declaración de independencia y soberanía en relación al modelo de financiamiento impulsado por las instituciones financieras internacionales (FMI, BM, BID), con préstamos condicionados a la aplicación de políticas. Sin embargo, la retórica de los presidentes es hoy muy ambiciosa y es posible pensar que están planteados más desafíos que certezas en relación al rol del Banco.

Dinámica del proceso y sus principales actores desde febrero hasta diciembre del 2007.

El Banco del Sur fue concebido inicialmente por los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Argentina, Néstor Kirchner, como una “alternativa financiera para la recuperación e integración económica de los países de Sudamérica”.

En febrero de 2007 Chávez y Kirchner acordaron trabajar en la propuesta del Banco.

Los primeros países en incorporarse fueron Ecuador, Bolivia y Paraguay (marzo)

El ingreso de Brasil se produjo en la reunión de Quito, el 3 de mayo.

La posición de Brasil merece un punto especial porque reflejó importantes contradicciones internas, con diferentes actores políticos y económicos que influyeron en el proceso (el presidente Lula, el ministro de Finanzas Guido Manteca, el asesor en materia de asuntos exteriores, Marco Aurelio García, representantes del BNDES, y del sector empresarial). El ingreso de Brasil condicionó los objetivos y alcances del Banco. El gobierno de Lula mostró desde el comienzo su interés en que el Banco se dedicara a cubrir las necesidades de inversión en infraestructura de un MERCOSUR ampliado.

Chávez y Correa, en cambio, proponen la creación de un Fondo del Sur, para enfrentar futuras crisis de balanza de pagos.

En la cumbre de presidente del MERCOSUR en Asunción en junio, Uruguay anuncia su ingreso al banco.

En el caso de Uruguay el ingresó al Banco es producto de un conflicto al interior del gobierno. Astori (economía) está en contra del proyecto (pide fortalecer CAF y BID), pero el canciller está de acuerdo. Sin embargo se opta por ingresar.

En relación a la dinámica regional, es posible afirmar que la figura de Chávez (y su rol protagónico en el proceso), el poder político y económico que detenta Venezuela en la región sean analizados como el impulso y a la vez el freno de este proyecto. En el plano político, su liderazgo motivó el comienzo de las negociaciones, y su discurso en contra de las Iris contó con la adhesión de muchos dirigentes políticos y sociales. Sin embargo su figura genera resistencia en otros muchos dirigentes, que ven en ese discurso y toda propuesta liderada por Chávez una amenaza a intereses económicos sectoriales. Mientras que en el plano económico, a partir de 2006 Venezuela se transformó en el principal comprador de deuda pública argentina y ecuatoriana, aumentando su rol en la economía de la región.

En los casos de Colombia y Chile, ambos países mostraron interés en participar. Uribe mostró interés después de la reunión de Río de Janeiro en octubre, pero decidió no participar de la firma del acta en Buenos Aires (la relación entre Uribe y Chávez atraviesa hacia finales de 2007 un conflicto). Chile participó de algunas reuniones como observador. La posición de Chile refleja la orientación del Ministro de Relaciones Exteriores, Alejandro Foxley, quien en reiteradas oportunidades se manifestó contrario a la iniciativa, y alejado de la dinámica regional. Durante la Cumbre Iberoamericana de Santiago, Foxley oficializó la adquisición de acciones de la CAF y accedió al directorio. Chile está apostando por el fortalecimiento de la CAF y el BID.

La posición de Chile tiene el apoyo de la derecha y de los organismos internacionales, cosa que ni Uribe está dispuesto a aceptar.

Tanto en argentina como en ecuador, a lo largo de este proceso se dieron cambios en las carteras de economía. En Argentina: Peirano por Miceli quien estaba más proclive al proyecto. En Ecuador: Fausto Ortiz por Patiño también más proclive al Banco.

Los acuerdos

En la reunión del 3 de mayo en Quito se aprobó la Declaración de Quito (Ver declaración), declaración ambiciosa, que plantea el diseño de una nueva arquitectura financiera regional, avanzar en un Fondo de Estabilización Financiera y una unidad monetaria sudamericana. Se invita a participar a todos los países de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR). Además se da prioridad a la creación del Banco del Sur, como un banco de fomento al desarrollo, definiendo sus objetivos, funciones gestión, régimen de capital (origen y valor de los recursos) y cronograma.

El 22 de mayo en Asunción, previo a la Cumbre de presidentes del MERCOSUR se firma la Declaración de Asunción (Ver declaración), en la que se mantienen los acuerdos centrales, pero se recortan algunos elementos al impulso de Quito. Se planifican nuevas reuniones técnicas. A pesar de los comunicados públicos, no se hablaba del Fondo del Sur ni de la moneda común, salvo por Correa y Chávez.

En la reunión del 8 de octubre en Río de Janeiro se firma un borrador del acta en el que se recortan nuevamente las tareas y aspiraciones de la Declaración de Quito. Los Ministros de Finanzas acordaron: propiciar e impulsar la integración de América Latina; trabajar para reducir las asimetrías entre los países de la región, y al interior de cada uno de ellos; y financiar el desarrollo.

En ocasión de la firma del Acta (9 de diciembre en Buenos Aires) Chávez y Correa señalaron que en el mediano plazo el banco trabajaría en dirección a un Fondo Monetario del Sur y la propuesta de moneda única para la región. Pero aún este es un tema que no tiene consenso.

El Acta de fundación establece que Caracas será la sede del Banco, y existirá además dos sub sedes: La Paz y Buenos Aires.

En cuanto a la gobernabilidad el Banco, los ministros acordaron en Río que la forma de votación en el consejo de ministros será de “un país un voto”, igual que en la junta de gobierno diaria y permanente del banco. Sin embargo, aun resta por acordar cómo se pondrá en práctica , y esto tiene directa relación con las negociaciones en torno al aporte y las fuentes de capital.

Los temas que quedan sin resolver son:
aportes de capital,
fuentes de capital,
el modo de gestión,
criterios de proyectos a financiar, y
quienes podrán ser miembros del Banco.

A partir de la fecha de la suscripción del Acta, las comisiones tienen 60 días para definir los estatutos.

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